Cada segundo
el eco implacable
parece repetir
su nombre
Y oigo sollozos
y callo...
por que respeto
su lamento
Cada segundo
parte de la eternidad
¡insinuante!...
Y solo oigo
los latídos suplicantes
de mi corazón
doliente
Cada segundo
parece un desgarro
adolorido
triste
inquieto
¡agonizante!
Cada segundo...
como besos
en llamas
que queman
mis labios
Como la agonia
de la vida
que se nos pierde
Como cantos fermentados
de ausencias
de tristezas
de añoranzas entumecidas...
¡Han pasado
tantos millones
de segundos!...
Que ya no sé
cual es la causa
y el efecto de mi llanto...
C.R.N. (2012)
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