"A mi padre, que hace cuatro años se olvidó de vivir,y ahora camina los senderos de los sueños y los silencios..."

Esta noche en especial, te recuerdo...
Te recuerdo y evoco los últimos instantes, en los que 
a tu lado, creí respirar aromas 
de incienso en la melancolía 
de mis ojos y en sus abatidas 
lágrimas. Esta noche te 
recuerdo, porque aún siento miedo 
de esa pena que dialoga 
en mi tristeza, vociferando que 
olvidaste quién eras y que 
habías desheredado mi nombre 
de tus labios y nunca entendí el porqué, si lo había amordazado a tu garganta, con el pañuelo blanco de la tregua...

Y no supe que hacer Viejo, 
para extraerte del olvido, 
o grabar de nuevo en tu memoria 
los momentos vividos. 
No pude encontrar ese lugar del tiempo que extravió las letras que moldeaba 
tu pulso, o el hechizo que usurpó 
de tus labios los nombres y las respuestas acertadas.

Tantas veces traté de comprar segundos de tu tiempo, quería estar dentro de ti y tallar de nuevo los recuerdos con mis manos, dibujar la sonrisa en los surcos de tu rostro, devolver a tus parpados erosionados la alegría y la frescura y belleza de las flores con sus perfumes de primavera. Quería Padre, extender contigo las manos y capturar los reflejos de mil arco iris diferentes...

Y no sabía que cuento contarte, 
o a que juego jugarte. Si 
contar un sueño de madrugada 
mientras te paseaba al calor de los rayos del sol y acariciaba tu rostro, o jugar contigo a volar sin alas en el cielo y tocar tu pelo al viento acurrucada en la luz verde de tus ojos. 

Sé que no me podías entender, 
aunque permaneciera horas 
hablando y acariciándote, pero podía intuir que disfrutabas mis historias en la monotonía de tu silencio. Recuerdo como me mirabas y te reías cuando te preguntaba...¿quién te robó los recuerdos?, ¿por qué olvidaste quién eras?, ¿por qué nadie me a enseñado una oración que llegue a tus silencios?.

Papá...
¡cuántas veces he dormido en tu regazo!,¡cuántas veces habrás pronunciado mi nombre, y ahora no puedes recordarlo!, ¡Dios!...¿por qué apagaste la luz y te marchaste, si tú y yo, 
éramos 
dos flores del mismo tallo?...

No se si pedirte perdón o disculpas, 
por no haber sabido 
escudriñar en tu mente 
y devolverte los matices de los 
sueños, por devolverte los gestos 
o el dulzor de tu mirada de infinitos destellos y, juntos, refugiarnos en 
un mundo en el que nadie te perturbara 
y construir una barrera para proteger 
tus sueños, tus pensamientos, 
tus ilusiones...

Esta noche te recuerdo y me dueles, 
me duelo a mi misma...
esta noche quiero implorar el tiempo 
que me queda, atrapar los minutos y los segundos...postergar su marcha y, escribir Padre, escribir mucho, para ganarle la batalla a mi memoria...y, aunque esta noche te recuerde y me duelas, decirte que no habrá sollozos, ni versos tristes, ni sombras fúnebres, ni siquiera un rosario tiritando en mis manos, porque he almorzado bocados de recuerdos y he bebido el llanto de mis ojos. También he rezado un Credo muy corto, tan corto como tu último latido. 

Por eso esta noche me dueles, y vestida de aurora, en medio del alba, haré un brindis que calme esta sed de ti y, festejaré que hace cuatro años, te llevó la enfermedad "del olvido".Y si acaso Viejo, a mi también me abandonaran las palabras, y se me olvidara recordar, voy a guardar esta carta entre las paginas de mi libro, para que alguien nos ponga la canción que solo tú y yo escuchamos, y en mayúscula escribiré; 

" CUANDO ME VAYA, QUE  ALGUIEN ME RECUERDE LLEVARME LAS ESTACIONES Y LOS PUNTOS CARDINALES PARA NUESTRO ENCUENTRO "...

C.R.N (2012)
Derechos Reservados
ESPAÑA