viernes, 2 de diciembre de 2011

" EL Y ELLA "...El relato...

Hubo un día que quizás, sin saber como ni porque se encontraron
dos corazones solitarios. Fue un simple saludo, pasajero, lento...

A él le gustaba escribir y a ella también y por una casualidad o por
una equivocación de alguien, ambos se intercambiaron teléfono y 
correo electrónico. Ella lo tomó como algo normal. El advirtió quizás
algo más y le mandó un correo el cuál ella nunca leyó porque nunca 
lo vio. 

Pasaron algunos días. Por otra casualidad del destino, el habló un
día con ella por teléfono y le comentó de aquel correo que ella no
había leído. Lo buscó esa noche, lo leyó...y lo contestó. A partir de
entonces se sucedieron aquellas conversaciones.
Ella nunca supo porque lo hacía, que extraña razón la llevaba cada
día a mandarle aquellos poemas que escribía y que tanto le gustaban.

Transcurrieron los meses y ambos sin permiso, sin ni siquiera verse
ni poseerse, entraron en una vorágine de sentimientos encontrados,
digna de una historia imposible. Los dos estaban casados. Los dos
con unas parejas maravillosas y muchos años de felicidad compartida.
Hijos y nietos, todo esto opacaba aquello que sus corazones solitarios
pedían a gritos y que no era otra cosa más que respirar, que llegara
aquel aire fresco al alma, vivir cada instante como si fuera el último
aliento, desear que transpiraran las pieles y despertaran las hormonas
que se habían dormido en los años. Unir soledades en pociones
milagrosas y que de ellas surgieran aquellas fantasías olvidadas como
preciosos fuegos  artificiales... Ella necesitaba que la hicieran sentir
viva y saber que aún era importante....

El trató muchas veces de parar aquellas conversaciones que se
dedicaban cada día, pero en su soledad cuando quedaba sin aliento,
se entregaba a esos instantes y los necesitaba para respirar. Los
necesitaba para hablar y en sus ojos acumulaba cada día lágrimas que
al salir, resplandecían de fulgor y sentía que ya no era de este mundo,
el tenía uno propio...que no era palpable, que ha veces lo llenaba de
inseguridades, que ocultaba su rostro bajo una ficticia máscara, que el
tiempo en su mundo pasaba de forma inexacta, pero en sus fértiles
tierras de soledades y miserias se había plantado la semilla de la ilusión
y sus raíces  ahora lo estaban aniquilando...

Ella lo sabía. sabía que esperaba más de ella, pero  se encontraba atada
de pies y manos. Luchó incansablemente para que aquello no los afectara.
Sufrió, lloró, en algunos momentos perdió la confianza en la vida, buscó
razones que le calmara cualquier incertidumbre en un sombrío futuro.
Se sintió pequeña e insignificante. Sin historia. Perdió ilusiones y sueños
pasados, mañanas de primavera, para volver a sus días grises...y en su
firmamento se desdibujaron aquellas estrellas de imágenes resplandecientes
de fulgurantes destellos que observaba cada día, su luna, aquella luna que
era poseedora de sus secretos más íntimos

Ambos se refugiaron en un mundo de fantasía para que cada día se
sucedieran aquella batalla de palabras...que a ella iba agotando, pero
que a la vez le hacía soñar con instantes y circunstancias que eran
solamente momentos fugaces y efímeros. Siempre pensó que era a la
escritora a quién amaba. Que solo buscaba una máscara para esconder
sus deseos que a viva voz le recordaban su publica condena de un
comportamiento ilegítimo

Ella siempre mantuvo la duda en cuanto a los sentimientos de ambos.
Y fue un día especial, donde las lagrimas inundaron sus mejillas, donde
convivió con la soledad y la reflexión, donde deseó no conocer lo prohibido
y lo peligroso. En la medida que el tiempo pasaba se sintió dormida y
cobarde, se sentía desarropada, absorta y embobada de recuerdos y
deseos. Y aquella noche decidió no dejar volar su imaginación y matar
en los sueños las ansias de dar libertad a su pasión. Esa noche después de
largas meditaciones pensó que quizás era mejor seguir sin el hechizo de
las palabras. Seguir encerrada en su celda rodeada de la más absoluta
soledad.

Esa noche se encerró de nuevo en su mundo y ya no quiso probar más
los olores de la libertad...o la curiosidad inocente de la pasión. Solo
quería encerrar fantasmas en la memoria y alguna que otra reminiscencia
de alguna fantasía nocturna. Ella lloró mucho esa noche, dejó de ser
poseedora de la sonrisa y de la verdad para iniciarse vencida a la rutina.
Se dejó caer en su lecho entristecida, pero juró en su silencio que seguirían
ambos a la espera desenfrenada de que cualquier día alguno de los dos,
provocara la vertiginosa experiencia de las emociones de sus mundos
fantásticos.

Ambos se identificaban tanto que no pensaban que había que tener mucho
valor para buscar y encontrar ese sendero perdido que los conduciría algún
día al sitio exacto donde convergieran la unión de sus sueños imposibles.

El simple hecho de un acercamiento, de tan solo una mañana o una tarde...
quizás hasta un día...provocaba en ellos un tropel de fuegos que los
abrasaba de solo pensarlo y los volvía ciegos. Sin apenas hablarse dejaban
fluir en sus cuerpos aquel arrebato de sumisiones donde coincidieran las
casualidades y enterraran rutinas y cansancios. Donde una mañana o una
tarde o quizás un día, después de enterrar los miedos...las angustias...las
tristezas que los invadía, se dejaran inundar completamente por aquella
fantasía, cuál destino al final del camino y que los hiciera despertar al alba
llorando simplemente, pero esta vez de felicidad.

Desconozco el final de esta historia. El  y ella aún están a la espera de
descubrirlo...

C.R.N.(2011)
Derechos Reservados
ESPAÑA
 ...Desconozco el final de esta historia...

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