Y un día llega ella
empuñando su guadaña
como una negra sombra
atravesando grutas
deambulando
devastando almas
rodeada de secretos
del infierno de la vida
con los ojos enrojecídos
de sangre embriagante
un abeto en sus manos frías
transplantada de herídas
que gotea lentamente
sangre y más sangre
Viene a nutrirse de llanto
matar a algún muerto
que ya está desposeído
su silueta camina agachada
sin apenas hacer ruídos
y se lleva al masacrado
-hoy por suerte, no fue un niño-
ni se llevó al moribundo
que imploraba redención,
ni esperó ansiosa
que no despertara el herído
Trae la fuerza
de las sombras y del fuego
y oscilando, se lleva una presa
enredada en espínas pálidas
corta sus venas con una navaja
y bebe de sus arterias sangrantes
se lleva al muerto
más fuerte del cementerio
y como colofón
deja una tormenta
marco oscuro y latente
para festejar
las ambigüedades de las almas
Deja un beso negro y oscuro
y desdibuja
los rostros sonrientes
deja almas desconsoladas
asesina de amores felinos
muerte atormentadora
de alegrias estropedas
¡Maldita eres!, ¡Maldita muerte!
¡Aléjate de mi!
¡por esta vez, dame la espalda!
C.R.N.(2011)
Derechos Reservados
ESPAÑA
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