Me quedé en silencio
aquella tarde
Y sentí el calor de sus miradas
los destellos infinitos
de prodigiosas luces
De sus rostros sin palabras
Solo cuatro lagrimas
y con pudor me acerqué
y abracé los sollozos
que iluminaban como perlas
Sequé el llanto
de cuatro gotas de rocío
y seguí en silencio
Sin pronunciar sus nombres
C.R.N.(2011)
Derechos Reservados
ESPAÑA
Me quedé en silencio
aquella tarde
Y sentí el calor de sus miradas
los destellos infinitos
de prodigiosas luces
De sus rostros sin palabras
Solo cuatro lagrimas
y con pudor me acerqué
y abracé los sollozos
que iluminaban como perlas
Sequé el llanto
de cuatro gotas de rocío
y seguí en silencio
Sin pronunciar sus nombres
C.R.N.(2011)
Derechos Reservados
ESPAÑA
Algunas veces, tan sólo estar, cuando se requiere un abrazo, se agradece tanto.
ResponderEliminarSaludos
Sin pronunciar palabras
ResponderEliminarporque, a veces,
el silencio es el mejor aliado
de nuestro corazón
y de nuestra alma
Eres una gran poeta amiga... Tienes magia. Un beso, Ann@