A veces -como ahora-
estoy literalmente
muerta, lo sé
cuando una aurícula
compungida galopa
para huír de los sueños
Las miradas derruidas
ya no se cruzan
y los ojos se convierten
en imágenes simbólicas
de un espíritu viajero
Se evapora
el olor de ebriedad
en las noches de vigílias
cuando apostábamos
amaneceres
Se agota
el maná de los labios
y muere el beso hechicero
como muere un pentagrama
porque no se atrevió
a bailar en colores
blanco y negro
Y yo me entierro
porque ya estoy muerta
con los brazos descolgados
y sin poder sostenerlos
en un cielo vestido de estrellas
recién parido de luceros
A veces, -como ahora-
¡estoy literalmente
muerta!
C.R.N.(2011)
Derechos Reservados
ESPAÑA
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